noviembre 22, 2024

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Qué es el sharenting y cómo se evidencia en el caso de los stickers de la niña coreana en WhatsApp

Lidiar con todo el contenido replicado de la menor puede ser una tarea de nunca acabar, por lo que el llamado de atención de los padres pudo haber llegado muy tarde

El sharenting es un término que se ha venido escuchando con bastante frecuencia en los últimos años. Nacido de la unión entre “share” (compartir en inglés) y “parenting” (criar o paternidad en inglés), este nuevo concepto define de forma clara y sencilla lo que hasta la fecha se puede tildar como una nueva adicción perteneciente a la era virtual: compartir de forma constante, y muchas veces sin control, fotos o videos de los hijos en internet.

Ejemplo de esto puede ser el caso de Rohee, la niña coreana que se hizo famosa en los últimos meses, luego de que sus padres publicaron sus fotografías y videos en redes sociales, a tal punto que hicieron de la menor toda una estrella en internet.

Violación a la privacidad de los niños

Captar el día a día de los niños, especialmente en medio del ‘boom’ de las redes sociales, se ha convertido en toda una experiencia gratificante para los padres de los menores. Los más pequeños de la casa siempre son protagonistas de grandes ocurrencias, accidentes o momentos que para los adultos puede ser divertido, pero que para ellos tal vez no lo sea.

Precisamente esto fue lo que ocurrió con Rohee, y sus padres, quienes crearon una cuenta de Instagram que alcanzó más de 1,4 millones de seguidores en la red social. Los gestos y expresiones de la niña la hicieron convertirse en una de las menores más famosas del mundo.

Por esto, al darse cuenta de la situación, la familia decidió colocar un letrero en Instagram en el que se pide a todos los usuarios no copiar ni mucho menos viralizar alguna de las fotografías presentes en dicha cuenta.

Sin embargo, lidiar con todo el contenido replicado de la menor puede ser una tarea de nunca acabar, por lo que el llamado de atención de los padres pudo haber llegado muy tarde.

Una adicción
Así como Rohee y su familia son cientos de personas las que sufren en algún momento de su vida por el exceso de fotografías de menores en la web. Un estudio reciente de Orange sobre el sharenting revela que “al cumplir los 6 meses, el 81 % de los bebés tiene presencia en Internet. Y antes de los 2 años, el 5 % tiene perfil propio en Facebook”.

No obstante, esta práctica se mantiene en el tiempo y sigue presente, incluso, en época de preadolescencia, una etapa de la vida que puede marcar a cualquier menor para siempre. Una encuesta realizada por Microsoft demostró que al menos el 42 % de los menores que han sido “ridiculizados” en internet pueden llegar a sentirse avergonzados por las publicaciones en las que, sin ellos pedirlo, se convirtieron en protagonistas.

Sin embargo, además de la vergüenza, este tipo de publicaciones también podrían poner en riesgo a los niños, niñas y adolescentes, teniendo en cuenta, como dice Ana Gómez Blanco, experta que escribe en el blog de BBVA, “las nuevas generaciones serán las mejor biografiadas de la historia si se sigue aumentando la huella digital al mismo ritmo”.

Los padres, sin darse cuenta, están violando de forma tácita la privacidad de sus hijos, colocándolos en riesgo para su vida futura y convirtiéndolos en víctimas potenciales de estafadores o suplantadores de identidad. El futuro legal de sus hijos podría estar en juego si no logra controlar su adicción al sharenting.

Amenaza a la seguridad
Por otra parte, en medio de la ignorancia del sharenting también se puede colocar a los pequeños en el radar de personas que buscan cualquier detalle para poder localizarlos, raptarlos y hacer toda clase de vejámenes con ellos.

“Algunas veces compartimos en las redes sociales, de manera inconsciente, fotografías con muchos datos sobre nuestra vida personal: lugares que se visitan, dónde están nuestros hijos, dónde trabajamos, etc. A menudo, no tenemos en cuenta la privacidad de las redes sociales, y es que cualquier información compartida en Internet deja de ser controlable y es posible que esa información sea copiada o utilizada en algún momento para cualquier finalidad”, indicó Alfonso Ramírez, director general de Kaspersky Lab Iberia.

Así, lo mejor es limitar al máximo la captura y publicación de fotos o videos de los menores de edad en internet; y en caso de hacerlo, procurar respetar su privacidad (no semidesnudo, no ridiculizarlos, no fotos con su rostro), así como cuidar su seguridad (no imágenes de su dirección de domicilio, con el uniforme escolar o en sitios que suele frecuentar).

El cuidado de los hijos depende de sus padres, y el sharenting muchas veces se puede convertir en un obstáculo para cumplir a cabalidad con esta tarea.

Fuente: Infobae

Lidiar con todo el contenido replicado de la menor puede ser una tarea de nunca acabar, por lo que el llamado de atención de los padres pudo haber llegado muy tarde

El sharenting es un término que se ha venido escuchando con bastante frecuencia en los últimos años. Nacido de la unión entre “share” (compartir en inglés) y “parenting” (criar o paternidad en inglés), este nuevo concepto define de forma clara y sencilla lo que hasta la fecha se puede tildar como una nueva adicción perteneciente a la era virtual: compartir de forma constante, y muchas veces sin control, fotos o videos de los hijos en internet.

Ejemplo de esto puede ser el caso de Rohee, la niña coreana que se hizo famosa en los últimos meses, luego de que sus padres publicaron sus fotografías y videos en redes sociales, a tal punto que hicieron de la menor toda una estrella en internet.

Violación a la privacidad de los niños

Captar el día a día de los niños, especialmente en medio del ‘boom’ de las redes sociales, se ha convertido en toda una experiencia gratificante para los padres de los menores. Los más pequeños de la casa siempre son protagonistas de grandes ocurrencias, accidentes o momentos que para los adultos puede ser divertido, pero que para ellos tal vez no lo sea.

Precisamente esto fue lo que ocurrió con Rohee, y sus padres, quienes crearon una cuenta de Instagram que alcanzó más de 1,4 millones de seguidores en la red social. Los gestos y expresiones de la niña la hicieron convertirse en una de las menores más famosas del mundo.

Por esto, al darse cuenta de la situación, la familia decidió colocar un letrero en Instagram en el que se pide a todos los usuarios no copiar ni mucho menos viralizar alguna de las fotografías presentes en dicha cuenta.

Sin embargo, lidiar con todo el contenido replicado de la menor puede ser una tarea de nunca acabar, por lo que el llamado de atención de los padres pudo haber llegado muy tarde.

Una adicción
Así como Rohee y su familia son cientos de personas las que sufren en algún momento de su vida por el exceso de fotografías de menores en la web. Un estudio reciente de Orange sobre el sharenting revela que “al cumplir los 6 meses, el 81 % de los bebés tiene presencia en Internet. Y antes de los 2 años, el 5 % tiene perfil propio en Facebook”.

No obstante, esta práctica se mantiene en el tiempo y sigue presente, incluso, en época de preadolescencia, una etapa de la vida que puede marcar a cualquier menor para siempre. Una encuesta realizada por Microsoft demostró que al menos el 42 % de los menores que han sido “ridiculizados” en internet pueden llegar a sentirse avergonzados por las publicaciones en las que, sin ellos pedirlo, se convirtieron en protagonistas.

Sin embargo, además de la vergüenza, este tipo de publicaciones también podrían poner en riesgo a los niños, niñas y adolescentes, teniendo en cuenta, como dice Ana Gómez Blanco, experta que escribe en el blog de BBVA, “las nuevas generaciones serán las mejor biografiadas de la historia si se sigue aumentando la huella digital al mismo ritmo”.

Los padres, sin darse cuenta, están violando de forma tácita la privacidad de sus hijos, colocándolos en riesgo para su vida futura y convirtiéndolos en víctimas potenciales de estafadores o suplantadores de identidad. El futuro legal de sus hijos podría estar en juego si no logra controlar su adicción al sharenting.

Amenaza a la seguridad
Por otra parte, en medio de la ignorancia del sharenting también se puede colocar a los pequeños en el radar de personas que buscan cualquier detalle para poder localizarlos, raptarlos y hacer toda clase de vejámenes con ellos.

“Algunas veces compartimos en las redes sociales, de manera inconsciente, fotografías con muchos datos sobre nuestra vida personal: lugares que se visitan, dónde están nuestros hijos, dónde trabajamos, etc. A menudo, no tenemos en cuenta la privacidad de las redes sociales, y es que cualquier información compartida en Internet deja de ser controlable y es posible que esa información sea copiada o utilizada en algún momento para cualquier finalidad”, indicó Alfonso Ramírez, director general de Kaspersky Lab Iberia.

Así, lo mejor es limitar al máximo la captura y publicación de fotos o videos de los menores de edad en internet; y en caso de hacerlo, procurar respetar su privacidad (no semidesnudo, no ridiculizarlos, no fotos con su rostro), así como cuidar su seguridad (no imágenes de su dirección de domicilio, con el uniforme escolar o en sitios que suele frecuentar).

El cuidado de los hijos depende de sus padres, y el sharenting muchas veces se puede convertir en un obstáculo para cumplir a cabalidad con esta tarea.

Fuente: Infobae