El miedo humano está influido por lo cultural y lo espacial.
La pandemia del coronavirus ha exponenciado el temor humano a la muerte, a la enfermedad, a la pobreza y al acecho de la delincuencia, sin embargo, lo cultural marca las características del miedo; cada sociedad, pasada y actual, de cualquier parte del mundo, lo significa de maneras distintas, coincidieron los historiadores Mario Camarena Ocampo y Eduardo Flores Clair al participar en el ciclo de charlas virtuales “La historia interminable de la enfermedad”.
Ambos investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), abordaron el tema del miedo en esta actividad organizada por la Dirección de Estudios Históricos, tomando como ejemplos la peste negra que asoló Europa en el siglo XIV, la primer pandemia de viruela en 1520, los estruendos telúricos que horrorizaron a los habitantes de la ciudad de Guanajuato en 1784, la mal llamada gripe española de 1918 y los contagios de COVID-19 que hoy confinan a la humanidad.
La sensación de angustia colectiva provocada por la presencia de un enemigo invisible, como es el coronavirus, pone en duda nuestra existencia, en particular la de los viejos, por lo que también existe un riesgo de perder la memoria de las familias, de transmitir conocimientos de una generación a otra, señaló Mario Camarena.
El espacio es otro elemento a considerar, ya que las respuestas colectivas ante los peligros, no son las mismas en zonas rurales que urbanas. Un ejemplo claro —continuó el investigador—, “es que cuando nos dicen ‘quédate en casa’, como medida sine qua non, a fin de evitar los contagios de coronavirus, para las comunidades indígenas el término ‘casa’ refiere a un lugar más amplio que tiene que ver con el pueblo, y esto genera un conflicto.